Esta semana la uva será la protagonista del  Blog de Vinos 360°. La uva, esa fruta o mejor dicho ¨baya¨, de la que gracias a ella podemos disfrutar de esa maravilla de mosto fermentado, el Vino.

Son muchos los que cuando bebemos un vino o simplemente hablamos de él, evaluamos su calidad en función de la bodega, formato de la botella o en ocasiones lo evaluamos según nos sintamos atraídos por su etiquetado y ahí nos quedamos, no siempre pero si ocurre con bastante frecuencia. La bodega es de suma importancia en la elaboración del vino pero hoy nos vamos al origen, nos vamos al viñedo.

¿Por qué? Porque la calidad de un vino depende fundamentalmente de la uva, a la vez que la calidad de esta depende directamente de donde se encuentre  el viñedo, variedad, su edad o como sea gestionado, como la poda, densidad de plantas en el viñedo. Otro factor muy importante son las condiciones climáticas, meteorológicas y tipos de suelos.

La anatomía de la uva se compone de cuatro partes principales como podemos ver abajo en la imagen.

Estas partes son;

-El Pedicelo,  la parte que une y comunica al grano de la uva con el raspón, que por un lado aporta sustento estructural a la uva; y por otro, permitiendo el flujo de nutrientes desde la vid a las uvas. La presencia del pedicelo en la fermentación también brindará cierto carácter al vino en forma de taninos.

-La pulpa, que compone las tres cuartas partes de la uva. Su principal función es la de acumular el mosto, por lo que básicamente se compone de agua. En él, encontraremos elementos que definirán el sabor de un vino, principalmente azúcares, como la glucosa y la fructosa, y nutrientes como vitaminas, y ciertos ácidos.

-El Hollejo o piel de la uva, que encapsula todos los nutrientes formando el grano y representando el 20% de la masa del fruto. Su importancia en la influencia del color y aromas del vino es fundamental. La función más evidente del hollejo es la protectora, ya que permite que todos los cambios que deben transcurrir en el interior de la uva puedan desarrollarse en un entorno estable. Pero además, el hollejo aporta los pigmentos que colorarán posteriormente al vino.

-Las semillas, las cuales podemos llegar a encontrar dos, tres y hasta cuatro de ellas en el interior de una uva, representan un 5 % de su masa total. Estas también aportan taninos a la composición final del vino. Pero también son fundamentales para determinar cuál es el momento de iniciar la vendimia, ya que si se recoge la uva antes de que las semillas estén maduras, el carácter del vino podría ser excesivamente amargo y astringente.

Espero os haya gustado el artículo.

César Espinosa